El pasado mes de mayo, el Ayuntamiento de Barcelona otorgó en sesión Plenaria, por unanimidad, la Medalla de Oro al Mérito Científico de la Ciudad de Barcelona 2012 al doctor Rafael Foguet i Ambrós “por su contribución al desarrollo, la difusión y el impulso de la investigación en general y especialmente en los ámbitos de la Química, la Farmacia y la Biomedicina”. 

“La ciudad de Barcelona, y el Ayuntamiento en su nombre, tiene la decidida voluntad de ser agradecida con aquellas personas e instituciones que le prestan servicios y le ayudan a enriquecerla desde las más variadas formas de la actividad humana”, reza el comunicado del Ayuntamiento. “Y quiere premiarlas, porque la labor ejemplar de estas personas e instituciones se conozca, se difunda y perdure así en la memoria colectiva de los barceloneses y barcelonesas, y para que las futuras generaciones continúen esta obra, trabajando para su ciudad y para que esta sociedad sea más solidaria, justa y, en definitiva, mejor”.

Las Medallas de Oro al Mérito Cultural, Científico, Cívico o Deportivo representan la expresión pública del reconocimiento de la calidad de la obra hecha por estos ciudadanos y ciudadanas en las diversas ramas de la cultura, las ciencias, el civismo o el deporte en favor de la ciudad de Barcelona. Tienen carácter exclusivamente honorífico, no derivándose de su posesión ningún derecho administrativo o económico.

Estas Medallas de Oro son acuñadas según el diseño original de Frederic Marès y llevan grabado el nombre de los galardonados y la fecha de aprobación por parte del Consejo Plenario. Junto con la Medalla, las personas galardonadas reciben un diploma acreditativo y un botón o aguja de solapa.

Rafael Foguet se licenció en Ciencias Químicas en 1957 en la Universidad de Barcelona con premio extraordinario, e inició el mismo año un equipo de investigación en el Grupo Empresarial Cros. En 1968 es nombrado director técnico y en 1970, director general de producción y ventas. En 1974 deja voluntariamente el Grupo Cros y es nombrado consejero delegado de las empresas de Carles Ferrer Salat, constituyendo al cabo de poco el Grupo Ferrer Internacional. En 2005, a la edad de 72 años, decidió jubilarse voluntariamente para dedicarse más intensamente a las instituciones con las que siempre ha colaborado.


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Concepció Roca
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Foro Química y Sociedad

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